¿Imaginas poder generar equipos de trabajo multidisciplinares en tu organización? ¿Imaginas que esos equipos fueran capaces de trabajar de un modo más productivo, manteniendo una comunicación fluida y de una forma autónoma? Pues el hecho de trabajar con metodologías ágiles no solo propicia todo lo anterior, si no que permite a las organizaciones y a los equipos de trabajo adaptarse a un entorno cada vez más complejo mediante la interacción continua con el cliente para perseguir la excelencia y la agilidad en el desarrollo de un producto o proyecto.
Si quieres saber más sobre la metodología agile y las diferentes herramientas para aplicarla, ¡sigue leyendo!
Índice de contenidos
¿Qué es la metodología Agile?
Agile es una metodología pensada inicialmente para el desarrollo de productos de software de una forma dinámica y fluida, aunque con el paso de los años ha ido ganando mucho peso en otras tipologías de proyectos.
Se trata de un método que busca optimizar la velocidad de respuesta de los equipos de trabajo durante el proceso de diseño y desarrollo de un proyecto, con la finalidad de obtener así la flexibilidad e inmediatez necesarias en el análisis de los resultados, de modo que permitan amoldar el proyecto a las circunstancias que lo rodean.
La metodología Agile, nacida en 2001, se basa en el concepto de fluidez, lo que supone una nueva forma de trabajar y organizar las diferentes fases de un proyecto. Precisamente ese es uno de los conceptos innovadores del método, el trocear cada proyecto en pequeñas partes llamadas “sprint” y fijar unas fechas determinadas en las que cada una de esas partes deberá estar finalizada para poder ser validada y avanzar a la siguiente. El objetivo final de trabajar de esta forma es conseguir que el proyecto a desarrollar responda a la perfección a las necesidades de nuestro cliente, especialmente cambiantes en entornos tan dinámicos como el actual.
Los 4 valores del manifiesto Agile
Esta metodología está basada en cuatro puntos o valores principales que te muestro a continuación, tal y cómo figuran originalmente en el manifiesto Agile:
1. Individuals and interactions over processes and tools
2. Working software over comprehensive documentation
3. Customer collaboration over contract negotiation
4. Responding to change over following a plan
Lo que persigue el manifiesto que recoge los cuatro puntos que acabamos de mencionar es dotar de mayor importancia y mayor relevancia a los conceptos de la izquierda de la frase (aquellos que aparecen en negrita) que a los de la derecha:
- en primer lugar, dejar claro que las interacciones y aquellas personas implicadas en ellas son más importantes incluso que los procesos y las herramientas
- en segundo lugar, que el hecho de que el producto funcione correctamente es más importante que disponer de una documentación muy completa y extensa sobre el mismo
- en tercer lugar, la colaboración continua con el cliente tiene mayor importancia que la negociación contractual
- en cuatro y último lugar, defiende una de las premisas más importantes de esta metodología, y es el hecho de que responder de forma ágil y eficiente frente a los cambios es tremendamente más importante que seguir un plan estático preestablecido.
Una de las principales características que, sumada a los cuatro puntos anteriores, define a las metodologías ágiles, es que persigue involucrar a equipos multidisciplinares y dotarlos de autonomía para aportar todos los conocimientos requeridos por el proyecto durante los diferentes sprint, con el fin de conseguir así un producto de la mayor calidad posible.
Por ejemplo, un especialista SEO o un Analista Digital puede (y debe) dar el “feedback” necesario al desarrollador o programador que esté implementando una funcionalidad concreta sobre si esta funcionalidad se ajusta o no a lo que sería un producto ideal desde el punto de vista de la captación y conversión de usuarios, consiguiendo así que el producto avance continuamente en la dirección adecuada, lo que sumado a las revisiones periódicas y la rapidez en las entregas se traduce en un proyecto que cumple a la perfección con las necesidades especificadas en inicio además de todas aquellas que han sido detectadas en el transcurso del mismo.
Otra de las claves de la filosofía Agile son los conceptos en los que se basa para llevar a cabo cualquier proyecto de forma exitosa:
- Iteración: es un ciclo temporal que se repite frecuentemente y que permite que el producto vaya progresivamente ganando valor
- Inspección: proveedor y cliente revisan en conjunto el producto y se recoge el feedback de todos aquellos aspectos a mejorar.
- Adaptación: se revisan los objetivos del proyecto para comprobar que no hayan cambiado, de ser así, deberemos realizar un proceso de adaptación y mejora continua para amoldar el producto a la situación actual.
¿Cuáles son los beneficios de Agile?
Motivación y productividad
El hecho de llevar a cabo el desarrollo de un proyecto bajo las premisas de la metodología Agile tiene numerosos beneficios tanto para el cliente como para el propio equipo implicado en el proyecto. En primer lugar, trabajar en un equipo implicado que tiene un fin perfectamente definido y un horizonte temporal para lograrlo implica una mejora significativa en la motivación y la implicación del equipo de trabajo, lo que a posteriori se traduce por tanto en un aumento real de la productividad.
Velocidad, autonomía y costes
Además, seguir los principios determinados por Agile, permitirá al equipo implicado llevar una mayor velocidad y eficiencia en el desarrollo del proyecto, promovidos por la capacidad de autogestión de cada uno de sus miembros y por la fluidez en la comunicación entre ellos. Esto implica, además, un ahorro en tiempo y costes, ya que los plazos fijados para el proyecto se cumplen de una forma estricta cumpliendo también así con el presupuesto estimado para el desarrollo.
Calidad del producto
Por último, el hecho de seccionar el proyecto en diferentes fases entregables y validar cada una de ellas en un proceso continuo de interacción con el cliente, consigue que el producto final tenga una mayor calidad resultante, dado que ha sido desarrollado implementando todos aquellos cambios necesarios que hayan sido detectados durante las diferentes fases, así como eliminar determinadas características que se han podido comprobar como innecesarias para el producto consiguiendo de este modo responder con la mayor exactitud posible a las necesidades fijadas.
Los 12 principios del manifiesto Agile
- La máxima prioridad es la satisfacción del cliente entregándole en el plazo adecuado un producto de valor que cumpla con sus expectativas
- Los requisitos del producto son cambiantes en todas las fases del proyecto; debemos utilizar los procesos ágiles para mejorar la ventaja competitiva del producto.
- Debemos de realizar entregas periódicas de producto que sean funcionales en periodos de tiempo corto que permitan pivotar fácilmente si es necesario realizar algún tipo de cambio
- El equipo multidisciplinar debe de trabajar unido en todo el transcurso del proyecto, involucrando desde los perfiles más técnicos a los perfiles más de negocio.
- Proporcionar al equipo la confianza, el apoyo y el entorno de trabajo que necesitan para aumentar así su motivación con el proyecto.
- La forma más ágil y eficiente de comunicarse con el resto del equipo es el cara a cara
- El mejor indicador de que el proyecto progresa de la forma adecuada es que el software que se va entregando en casa fase sea funcional.
- Las metodologías ágiles buscan el desarrollo sostenible y un ritmo constante de avance.
- Para mejorar la agilidad del proyecto debemos perseguir la calidad en el diseño y la excelencia técnica
- La simplicidad es esencial en este tipo de entornos
- La autonomía y autogestión de los equipos traerán como resultado mejores productos
- El equipo revisará frecuentemente todos los aspectos del proyecto para conseguir que este se adapte a los cambios
Frameworks de la metodología Agile
Los espacios de trabajo, también conocidos como frameworks o marcos de trabajo, son las herramientas que nos ayudan a desarrollar nuestro proyecto siguiendo una metodología Agile. Existen diferentes marcos de trabajo dentro de este método, pero los más utilizados son los que te muestro a continuación:

Kanban
Su nombre proviene de la combinación de dos palabras japonesas, “kan” que significa visual, y “ban”, que significa tarjeta. Por este motivo Kanban es un marco para el control de proyectos basado en tarjetas visuales, de forma que permita visualizar de una forma muy sencilla cuál es el estado de las diferentes tareas. Cada una de las tarjetas muestra una información importante sobre el desarrollo del proyecto:
- Doing: permite visualizar cuáles son las tareas que están en marcha
- Done: permite visualizar cuáles son las tareas que están ya terminadas
- To do: permite visualizar cuáles son las tareas que están todavía pendientes de realización.
Scrum
Es otro de los espacios de trabajo dentro de la metodología Agile. Su principal función es fomentar la interacción entre el proveedor y el cliente para controlar y planificar el proyecto de una forma dinámica. Para ello, se tienen en cuenta dos conceptos diferentes:
- Product backlog: es una lista priorizada de los requisitos de un proyecto y de los objetivos que se espera conseguir con el mismo.
- Sprint: es cada uno de los periodos de tiempo fijados para llevar a cabo el desarrollo de una nueva funcionalidad o una serie de funcionalidades para agregar valor al producto y obtener un nuevo entregable.
Lean
En este caso se trata de una nueva forma de gestionar los diferentes procesos productivos para suprimir todas las ineficiencias que no aportan valor. Es una metodología basada en los principios desarrollados mediante el Toyota Production System (TPS), que poco a poco ha experimentado variantes de rotación hacia diferentes sectores como el industrial (Lean Management) o la creación de empresas emergentes (Lean Startup) entre otros ejemplos.
Dentro de esta metodología podemos encontrar conceptos como:
- Kaizen: mejora continua de procesos mediante un sistema de gestión
- Just in Time (JIT): se basa en el concepto de “justo a tiempo”, es decir, producir justo lo necesario y en el momento necesario para así reducir costes
- Gestión de la calidad total (TQM, del inglés Total Quality Management): es un sistema de gestión estratégica orientado a la calidad total en todos los procesos de trabajo
- Reingeniería de procesos: se trata de una filosofía basada en rediseñar continuamente los procesos productivos y operativos de la empresa para maximizar el valor y minimizar aquellos factores que no lo aporten.
Como habrás podido observar, la metodología Agile ha contribuido a generar un cambio importante en el paradigma de la gestión de proyectos generando mayor eficacia y productividad en los equipos de trabajo, pero, sobre todo, contribuyendo a dotarlos de autonomía, fomentar su motivación y colocar al cliente en el centro de todo el proceso para definir el producto más apropiado a sus necesidades en el menor tiempo posible y con la mayor eficiencia en costes de desarrollo.
¿No has probado todavía a trabajar con metodologías ágiles? Espero que, tras haber leído este artículo te animes a experimentar con ellas ¡y me cuentes cual ha sido el resultado!